Agua, diversión y experiencias

Quedábamos todos los amigos, íbamos a hacer unas zambullidas en el agua, comíamos helados y al final de la mañana nos esperaba una paella buenísima que compartíamos entre risas y bromas. Nada nos preocupaba, ni siquiera las quemaduras que el sol nos dejaba marcadas en la piel. Éramos libres, éramos únicos, estábamos todos juntos.

Un día nos levantamos por la mañana y encontramos que todo ha cambiado. Es verano, el calor nos hace pegar las sábanas en la piel antes de que nos podamos levantar de la cama, el día empieza a las 7 y hace tanto calor que sólo tenemos ánimo para arrastrarnos hasta la ducha para intentar sacarnos el sudor del cuerpo, pero aún así, ésta vuelve a aparecer sólo secarnos. Han pasado los años, la libertad que disfrutábamos con 15 años parece haber desaparecido. Sí, es verano, pero a las 7 nos levantamos cada día para coger el coche e ir al trabajo. Pasamos 8 horas rutinarias, haciendo lo que hemos hecho cada día desde hace ya tiempo, haciendo aquello para lo que nos han educado, o bien haciendo lo que nos ha tocado hacer. Pensamos en cómo era la vida antes de ser adultos, y sentimos nostalgia.

Quizás no seremos lo suficientemente valientes para tomar una decisión y cambiar nuestro estilo de vida, tal vez en realidad ya nos está bien. Pero de vez en cuando tenemos la necesidad de salir de nuestra vida, de revivir el pasado, de reencontrarnos con los amigos que sabemos que se encuentran en la misma situación que nosotros, y por eso se inventaron los fines de semana, y las vacaciones. Aburridos, cansados de estar encerrados en un despacho, sabemos que nos apetece. Queremos agua, queremos diversión, queremos dinamismo, queremos actividades, queremos encontrarnos con los amigos, y volver a zambullirnos, y volver a hacer helados y volver a hacer paellas. Queremos revivir el verano, y lo haremos!